Animales en peligro de extinción
Reconozco que el calentamiento global me la suda. Pero incluso a un discapacitado moral como yo, se le encoge el corazón cuando contempla la extinción de ciertas especies. De algunas, no de todas. Por ejemplo, lo del tontolince me deja indiferente. Es un gato cagón con bigotes, que insiste el muy señorito en sólo comer conejos. Pues que le coma el susodicho a la lince y verá como disminuyen sus problemas y aumenta su población. No te jode...
De todos modos, quiero aportar algunas soluciones a la extinción de especies que molan un poco más. Por ejemplo:
El Oso Panda
Los osos pandas se extinguen por dos razones. La primera, es que les dio por hacerse vegetarianos. Estos bichos sólo comen brotes tiernos de bambú. Los más cachondos los mastican, dejan que se fermenten y produzcan cierta cantidad de alcohol, y luego se ponen alegres con la pasta resultante. El problema es que el bambú tiene muy poca energía, y cada panda invierte la mayor parte del día masticando la porquería de la que se alimenta.
Pero eso no es razón suficiente para la extinción: ahí están los koalas para atestiguarlo. Un koala se alimenta exclusivamente de asquerosas hojas de eucalipto, lo cual se debe parecer mucho a tragar pasta de diente mentolada. La dieta de los koalas los obliga a estar mascando la mitad del día, y durmiendo el resto, pero es difícil pasearse por un bosquecillo de coolibah sin que te caiga encima un koala somnoliento oliendo a Vicks VapoRub.
En realidad, los pandas se van a tomar por culo porque las pandas son unas estrechas de cuidado. Como hace falta mucho bambú por cabeza de oso panda, y son unos osos muy cabezones, son especímenes muy territoriales. Vamos, que las osas se han emancipado y acostumbrado a vivir solas como las tías solteronas de la especie humana. Además, se entretienen adoptando pequeños animalitos del bosque, como gatos y periquitos. Hay pocas cosas más tristes que una osa panda solitaria contemplando el crepúsculo y masticando bambú mientras conversa con su gato. Los chinos han intentado corregir el problema mostrando pelis porno a las hembras, pero sólo han conseguido que se hagan tortilleras.
La verdad es que no veo soluciones sencillas. Lo más sensato, bonito y barato es que adopten a osos normales. Me refiero a grizzlies, osos del Himalaya, osos yoguis y demás. Usted objetará que, propiamente hablando, así no se salva una especie. Y yo le digo, qué coño, que los humanos llevamos adoptando unos cuantos milenios, y a fin de cuentas, ¿quién ha dicho que los propios osos pandas sean verdaderos osos?
El Oso Polar
El oso polar se extingue simplemente porque es gilipollas. Comprendo que un animal con canas por todo el cuerpo tenga que vivir en alguno de los casquetes polares. Pero, ¡coño!, si el animalito tuviese dos dedos de cerebro se habría ido al sur:
- En el sur, hay tierra. En el norte, hay agua. Para estar sobre la tierra, sólo tienes que estar. Para estar sobre el agua, tienes que nadar. Eso, o te hundes.
- En el norte, hay focas y esquimales. Las focas son muy listas, y los esquimales tienen muy mala leche, aparte de saber muy mal.
- Por el contrario, el sur está hasta la bandera de pingüinos. Los pingüinos proporcionan carne, huevos, leche... bueno, leche no, pero sí mucha diversión. ¿Qué más se puede pedir?
La única forma de salvar la especie es transportar a todos los ejemplares que se puedan localizar mediante una flotilla de helicópteros militares. Luego, al llegar a la Antártida, se lanzarían a tierra con paracaídas, mientras en los altavoces sonaría La Cabalgata de las Valquirias, para acallar los gritos de los pingüinos cagándose en nuestras putas madres.
El Oso Hormiguero
El oso hormiguero no se extingue, de momento. Pero qué feos son, los pobrecitos. Y tienen también una dieta de mierda. Comen hormigas.
Ahora bien, si usted se sigue preguntando por qué con esas caras de mierda y esa dieta de mierda, el oso hormiguero sigue dando guerra, es que usted es una inocente alma de Dios...
El Cocodrilo Urbano
Las perspectivas del cocodrilo urbano, o caimán de alcantarilla, son cada día más chungas. Mira que uno lo advierte: no compréis cocodrilos, coño, que no son animales de compañía. Sí, que de pequeñitos son muy monos, y la gente le pone nombres, como fue el caso del pequeño Johnny.
Pero el hideputa del pequeño Johnny creció muy rápido. Y un día se escapó de la jaula y se zampó al gato de la familia; el idiota del gato se creía que estaba jugando con una lagartija tocha. Y tuvo que venir el tío Freman con su pistola y cargarse al pequeño Johnny, antes de que el pequeño Johnny se merendase a la pequeña María o al pequeño Paco. Y lo peor de todo fue deshacerse luego del cadáver para evitar la multa. Menos mal que el del gato iba dentro...
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