miércoles, marzo 25, 2009

Antes puta que abortista

¡Esto es la guerra! Al menos, eso pretenden las organizaciones meapilas de EstePaís:
Un psociata puede ser un ente sumamente estúpido, pero un buen galileo puede superarlo si se lo propone. Al parecer, uno de los discípulos de El Fermentado, aseguró que la nueva ley:
'el mayor acto de pedofilia política de la historia de la democracia'
En primer lugar, queridos cagacruces, pedofilia es la atracción hacia los niños. Ejemplo: la que practican vuestros sacerdotes. En todo caso, la ley sería pedofóbica. Pero se nota que el griego, para vosotros, es sólo eso que le hacen a vuestros monaguillos tras el altar. ¡Galileos ignorantes!
¿Y qué habrá donde se unen los dos huesos soperos? ¿El bacalao o un solomillo?En segundo lugar, ¡coño!, tomaos vuestras propias reivindicaciones en serio. ¿Por qué el lince está protegido y las agrupaciones amorfas de células humanas no? ¡Porque al lince, a la foca y al oso polar los defienden las supermodelos! ¿Que los canadienses se aburren y se lanzan a destrozar focas a mazazos? Pues ahí va la Bundchen, se despelota en público por la PETA, por el Greenpiss y contribuye al calentamiento global agitando nuestras consciencias.
Lo que tenéis que hacer es convencer a las fundies católicas buenorras, que estadísticamente debe haberlas, a que se exhiban en cueros por la noble causa de los por nacer. ¿Que el feto de Elentir vale más que una cría de pingüino? ¡Demostrad que lo decís en serio, por los cojones de San Poncio Pilato!
Eso sí: no quiero verle las carnes a la Cristina Slichting-Holstein. Lo digo porque sospecho su entusiasmo por estas causas y me temo lo peor. Juro que si veo un mero atisbo de su pálida y bulbosa cara oculta, soy capaz de armarme con una porra, salir a la calle y cargarme cuanto feto, lince o bebé de foca se cruce conmigo. De manera que convenced a vuestras hermanitas (las que estén en edad de merecer, que no somos sacerdotes) que se tomen la causa en serio y lo muestren en público. Dicho sea de paso, frenad a vuestras madres: ya sé que ellas no tendrían problemas en deshacerse de sus túnicas y más. Costumbres del oficio, ya se sabe.
Ah, y os propongo como lema el siguiente:
¡Antes puta que abortista!
No se aparta demasiado de la realidad.

... y no os horroricéis, queridas, que al fin y al cabo, cuando el Zombie Bastardo estuvo en este planeta, fue conocido por su afición a mezclarse con putas y funcionarios.

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viernes, marzo 20, 2009

¡Protege mi vida!

Un aborto a tiempo puede salvar muchas vidas:
En ocasiones veo fetos...
El parto de Elentir, que quiere ser mamá...

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viernes, marzo 13, 2009

El Misterio de Mithras

La tauroctonía es la escena canónica en la que Mithras, el viejo dios de los soldados romanos, mata a un toro. No hace falta mucha perspicacia para ver, en dicha escena, un mapa estelar:
Mithras, dando matarile al Morlaco
Es fácil identificar el toro con la constelación de Taurus. Perros hay en el cielo para aburrir: seguro que recuerda al Can Mayor y al Menor, aunque hay también unos Lebreles, y una Vulpecula, o zorrita, que no es exactamente un can pero pertenece a la familia. Ese animalejo que espachurra los cojones del toro con sus pinzas es, naturalmente, el Escorpión. Hay una serpiente en el suelo, que podría ser la Hidra. Y, aunque cuesta verlo en la imagen que he seleccionado, en la esquina superior izquierda, justo debajo del merluzo, hay un Cuervo, que es también una constelación clásica.

Un puñado de preguntas

¿Quién es el propio Mithras? Hay quien lo identifica con Orión, el Cazador Celestial. Otros lo identifican con Perseus, el "persa": aunque algunos creen que el nombre deriva del griego perthein, saquear, los propios helenos creían que estaba relacionado con los persai, o persas. Luego mostraré que la etimología es lo de menos, a la hora de identificar a Mithras con Perseus.
Bien, se trata de constelaciones. ¿Puede que se trate de algún mito relacionado con la precesión de los equinoccios? No hace falta aventurar hipótesis arriesgadas: las primeras huellas del mitraísmo se remontan al siglo III antes de Cristo, cuando ya Hiparco había descubierto "oficialmente" el lento movimiento aparente de la esfera celeste, incluyendo polos y equinoccios. Pero hay varios problemas aparentes con esta identificación:
  • Sólo el toro y el escorpión corresponden a una constelación zodiacal.
  • ¿Se trata realmente de una escena estelar? Al fin y al cabo, el toro de la tauroctonía mira a la derecha, mientras que Taurus suele representarse como un toro que mira hacia la izquierda.
  • Como suele decir Astérix, están locos estos romanos, pero ¿hasta el extremo de convertir un hecho "científico" (la precesión) en una religión? ¿En qué podía afectar el cambio del polo celestial la vida y miseria de un soldadito de la República o el Imperio?
  • ¿Por qué un toro, y no un carnero?
La respuesta a la primera pregunta es la más sencilla: el toro y el escorpión son los signos equinocciales del período que va desde el 4000 hasta el 2000 antes de Cristo. En el 2000 AC, aproximadamente, se inició la llamada Era de Aries, que terminó el año 6 AC. Sería de esperar la presencia de los signos de Leo y Acuario, que eran las constelaciones correspondientes a los solsticios en la Era del Toro. Pero, en realidad, las figuras de la tauroctonía pertenecen al ecuador celeste, no a la eclíptica o zodíaco. Este detalle vale para identificar al perro con el Can Mayor: el Can Menor está en el hemisferio sur, y las otras constelaciones caninas son de denominación reciente. Respecto al León y al Aguador, resulta que aparecen en algunas pocas tauroctonías, aunque es verdad que Aquarius es representado como una copa, y esta podría representar también la constelación Crater, la Copa de Apolo, que está cerca del Cuervo y la Hidra.

Primera sorpresa

La respuesta a la segunda y tercera preguntas es sorprendente. Descubrí personalmente la solución hace un tiempo... aunque con una simple búsqueda en Internet, comprobé enseguida que no soy el único, ni mucho menos, en haberme dado cuenta. La clave está en la dirección en la que mira el Toro: la escena está invertida. ¿Cómo es posible?
The OrreryLa única forma de ver el Toro mirando hacia la derecha es mirando al toro desde arriba. En la cosmología clásica, los planetas, incluyendo el Sol y la Luna, giraban alrededor de la Tierra, y las estrellas se encontraban sobre la superficie de una gigantesca esfera que marcaba los límites del Cosmos. Para ver un Toro invertido, hay que situarse al otro lado de esa esfera.
Imagine que usted vive en un mundo en el que los planetas son manifestaciones divinas, y en el que las estrellas están pegadas sobre la superficie interior de una esfera. Esta esfera gira alrededor de la Tierra con un período de 24 horas: usted lo sabe porque "ve" girar las estrellas alrededor de una estrella determinada (Polaris) cada noche. Los planetas son arrastrados por este movimiento, pero con el tiempo se retrasan o adelantan. Algunos, como Venus y Mercurio, tienen movimientos sumamente caprichosos e inexplicables, aunque es probable que si usted es un pirata cilicio o un destripaterrones de la Mesopotamia, no tenga muy claro estos pequeños detalles.
De repente, sin embargo, alguien le cuenta que esa esfera se ha salido de posición. Que la estrella polar cambia con el paso de los milenios. Que al llegar la primavera, el Sol está sobre la constelación del Carnero, pero que hace no mucho estaba sobre la del Toro. ¿Qué divinidad es responsable de este fenómeno? Tiene que ser el dios más potente, para sacar de su eje todo el mecanismo estelar. Usted es griego, pero no es del todo tonto: sabe que es imposible levantarse del suelo tirando de los cordones de sus sandalias. El Supermegadiós tiene, por lo tanto, que estar al otro lado de la esfera.

Enter Mithras

El impacto de la idea debió ser similar al causado por la divulgación de las teorías cuántica y de la relatividad general durante el siglo pasado. Sólo piense en la interpretación de los múltiples mundos de la mecánica cuántica, planteada por Hugh Everett, y en cómo se ha filtrado a la literatura y el cine, desde el borgiano jardín de los senderos bifurcados hasta las películas baratas de los sábados por la tarde en la tele.
Mithras, naciendo de la rocaResumamos: los astrónomos habían descubierto una fuerza que trascendía la esfera de las esferas fijas. La imagen de la izquierda representa la idea: Mithras nace de una "roca". No en balde, uno de los epítetos de este señor es petra genetrix, es decir, nacido de una roca. No es una roca cualquiera, pues tiene la forma del Huevo Cósmico, y está rodeada por una serpiente. Las serpientes suelen enroscarse alrededor del Universo o el Océano, marcando sus límites. Tienen, además, la perversa costumbre de morderse sus propias colas.
¿Por qué llamar Mithras al Hipermegadios? El nombre da igual, una vez que sabemos que Mithras no es una constelación, sino una "potencia trascendente". Lo podían haber llamado Tocapelotógenes, con el mismo éxito. Pero hay una constelación que queda justo encima del Toro Celeste, y resulta que es Perseo, el persa, según la etimología popular. ¿Persa? Ah, hay un dios persa que se llama Mitra. Pues llamémosle Mithras, que suena a griego y parece persa.
El sistema no es muy diferente a la forma en que la industria del software elige nombres en código para sus proyectos. En los tiempos en que Lotus era la hoja de cálculo más vendida, una famosa compañía de software empezó a desarrollar un producto para hacerle competencia. El nombre en clave elegido para el proyecto fue Buda... porque el producto resultante debía adoptar la posición de Lotus.

La segunda (gran) sorpresa

Volvamos al principio. ¿De veras que todo este rollo mitraico tenía que ver con la precesión de los equinoccios? Es difícil de aceptar: al fin y al cabo, si la idea surgió cerca del 300 AC, quedaban unos trescientos años para el inicio de la Era de Piscis. ¿Por qué esa fijación con el toro? El cambio del Toro al Carnero había ocurrido 1700 años antes. ¿No tendrían que haber representado a Mithras empujando a un carnero, o tirando de un pez?
Cuando intento explicarle a alguien este asunto de la precesión, casi siempre mi interlocutor espera que comience a hablar de la "sabiduría de los antiguos", de "tesoros perdidos", de "extraterrestres fundadores"... vamos, que me ponga en plan Iker. Sin embargo, no hay nada de eso en mi historia, sino todo lo contrario. Resulta que nuestros compadritos mediterráneos cometieron un grave error: los muy idiotas pensaban que el equinoccio primaveral, en aquella época, tenía lugar sobre el octavo grado de Aries. En realidad, el error lo cometieron los astrónomos babilonios, e Hiparco cayó en la misma trampa. Nada de misteriosas sociedades secretas con unos conocimientos inexplicables "para la época".
Si los equinoccios se mueven a razón de un grado por siglo, eso significa que los mitraístas calculaban que quedaban unos ochocientos años para el próximo cambio de Era. De ahí el énfasis en el inicio de la Era de Aries. En cualquier caso, el error no afectaba a las creencias básicas del mitraísmo. ¡Ah, nos hemos equivocado en 800 años! Bueno, no importa, Supermithras sigue siendo el Dios trascendente que vive al otro lado de la esfera de las estrellas fijas. ¿Qué más da?
... pero no era del todo así. La tauroctonía se había convertido en una especie de logotipo de la empresa. Y el mundo grecorromano terminó por corregir el error, y comprender que la Era de Piscis estaba a la vuelta de la esquina. Como anunciaba Virgilio:
Iam redit et Virgo
redeunt Saturnia regna
et caetera, et caetera...

Una hipótesis interesante

Estamos ahora en el siglo IV de la Era de Piscis. Es usted romano y está en búsqueda de una religión en la que malgastar su miserable y corta vida. Tiene básicamente tres opciones:
  • Si es usted un nerdie, apúntese al neoplatonismo.
  • Por el contrario, si es usted un machote guerrero con pelo dentro de las orejas, lo suyo es el mitraísmo.
  • ... ah, y si usted es una mujer, un eunuco o le falta un tornillo, no se lo piense: el cristianismo lo inventaron para usted.
Las tres religiones se han plagiado mutuamente hasta extremos que cuesta distinguirlas entre sí, excepto por el atuendo de sus feligreses. Es verdad que los cristianos han pasado por momentos difíciles, con aquellas historias de leones y tigres. La culpa ha sido principalmente de algunos tarados exhibicionistas, pero las fieras del circo han dado buena cuenta de ellos, y las aguas van regresando a su cauce.
Un buen día, el hijo de puta de Constantino planta cara a Majencio luchando por el título de emperador. La mayoría de sus soldados son cristianos y...
¡Un momento! Eso lo cuentan los libros de historia, pero ¿usted se lo cree? ¿No eran estos cristianos una panda de hippies pacifistas alérgicos al agua? ¿Y va y te los encuentras de repente en el ejército romano como mocos en el pañuelo de un griposo? ¿De veras que Constantino, el hijo de puta (su mamá Santa Elena, hizo carrera en una taberna divirtiendo a los soldados), le va a confiar el Imperio a estos hippies tarados y apaciguadores que creen en ese Judío Zombie que estuvo fermentándose tres días bajo tierra?
Fantaseemos un poco. Los mitraístas tenían un Superdios que, en el fondo, se parecía bastante al Yahweh de cristianos y judíos. Pero tenían un problema de imagen: algún subnormal había decidido usar la muerte de un toro como imagen corporativa, haciendo referencia a un suceso de 2300 años de antigüedad. Los cristianos, además, estaban comiéndoles el terreno.
Es de puta madre ser mitraísta, sin embargo. Te escapas una vez a la semana con los amiguetes a una especie de pub subterráneo. Te pones ciego a base de vino y cerveza, luego te vas de "lobas", y siempre puedes presumir de amistades en el ejército más poderoso del mundo conocido. Pero es una putada que tu mujer sea cristiana, que es lo único que puede ser, por definición. Y lo peor es que le coma el tarro a tus churumbeles con esas historias tontas sobre el Judío-Zombie-Que-Era-Su-Propio-Padre. La niña, Priscilla, no importa, porque va a terminar igual de cristiana y tonta cuando crezca; pero me preocupa lo que pueda estar pasando por la inocente cabecita de Cayo Pablito Junior.
Aaaaaa-leluyaaa!!!¿Por qué no resolvemos este puñetero asunto de una vez? Podríamos fusionar ambas religiones desde arriba. Así cambiamos el Toro de las narices por el Pez. Hacemos que la parte alta del organigrama pertenezca a los nuestros. Al jefe lo llamaremos igual que ahora: Padre de Padres; es decir, Papa. Y, para evitar que el mujerío nos desplace, prohibiremos que las mujeres tengan puestos en la jerarquía. ¿Qué te parece, Consta?

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martes, marzo 10, 2009

Bereshit

En el principio era el Caos. Entonces apareció Dios, y las cosas fueron a peor.

De un anuncio de coches de la tele:
- Papá - dice el crío de pocos años - ¿sabías que mi amiga Nerea es negra?
- Claro, hijo - dice el papá divertido - claro que lo sabía.
- Pues yo no...
Moraleja del anuncio: cada día puede ser especial.
A lo que yo añadiría: como el día en que descubres que Jaimito no sólo es un hijo de puta, sino que además es tonto del culo.

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