Los documentos de Agapito
Maese Agapito filosofea agudamente desde su marfileña atalaya digital:
Independientemente de las diferentes lecturas que pudieran hacerse de esta obra, no es fácil enfrentarse a esas tendenciosas equiparaciones intelectuales sobre religiones que insinúa Buruma, o que pudieran derivarse de una lectura precipitada de su reportaje, si previamente no reconocemos que la idea de Dios es demasiado importante en el pensamiento occidental como para discutirla con cualquier indocumentado, o peor, con cualquier "ateo práctico" sin sensibilidad para comprender lo que encierra la idea del Dios cristiano para la cultura occidental.
Claro, Maestre. Para hablar de la "idea de Dios" (hace bien en aclararlo) hay que haber dominado antes el delicado arte de leer a María Zambrano sin caer rendido, y sentir entusiasmo por la pedorrea petarda de Jürgen "Das Gaffen" Habermas, filósofo de cabecera de Herr Ratzinger.
O en menos palabras: hay que ser como usted, un copioso filósofo (como copiosas son las lluvias en la selva tropical). Es usted un fenómeno. Natural.
No olvide, señor Maestre, que si Holanda tiene fama de tolerante, es porque en ella se refugiaban los perseguidos por el fanatismo religioso durante la gloriosa Contrarreforma. Pero entonces, no era un ayatola despendolado quien dictaba las fatwas, sino el mismísimo Felipín The Second One y la patulea de los Pater Patrum.
4 Comments:
Y leyendo el artículo completo, la ratahíla de descalificaciones y el confuso ataque a los "ateos prácticos" aún aturde más. ¿Quiénes son esos "ateos prácticos"? ¿Y por qué hace una curiosa excepción con Ayan Hirsi Ali -una atea de origen musulmán, no cristiana-?
Pero tampoco hay que soprenderse; este es el pienso que rumian los lectores de Libertad Digital casi todos los días. Da lo mismo que no tenga ningún sentido, es lo que pide el pueblo y la sensibilité demanda.
Se nota que no le gustó el libro... pero no se atrevió a ir directamente contra él.
De todos modos, debo ser tonto perdido, porque soy algo optimista respecto a LD. Puede que sea ese tipo de optimismo en el que uno mismo se inventa los signos alentadores. Soy un outsider, por supuesto, y no llego a imaginarme las complejas maniobras dentro de una entidad de este tipo, pero tengo la impresión de que los lametones serviles de algunos no son suficientes para los obispillos que quieren controlar el tablao. Como signo, está la salida de Intereconomía del capital de LD y el enfrentamiento posterior. Hay un reciente discurso de aniversario de Recarte en el que esboza una teoría muy parecida a la mía ("mía" en el mismo sentido en que mi banco es "mío") sobre la necesidad de "proveedores ideológicos independientes".
Por supuesto, una cosa es que exista una semilla de independencia y otra cosa es que tenga la fuerza suficiente para florecer. La mentalidad de sitio, por ejemplo, no ayuda a ello.
Lo malo es que la servidumbre a la sensibilité puede sobrevivir aún cuando se han librado de la influencia financiera de las iglesias.
No escucho Radio Intereconomía, pero he leído varios comentarios de Enrique de Diego complacientes con la sensibilité "chestertoniana" que, dejando a un lado otro género de paranoias sobre plagios y demás zarandajas, no dejan demasiado margen a la esperanza. Algunos ataques de Diego contra Vidal, por ejemplo, son intentos de atraerse a la feligresía mostrándoles que Vidal es un protestante anticatólico que escribe libelos contra María.
El problema es muy profundo, creo, y afecta al tipo de "fusionismo religioso" que caracteriza al pensamiento conservador, anti-izquierdista. En el caso de LD, se nota mucho la influencia norteamericana, pero la estrategia no funciona mucho cuando se aplica a Europa, donde el creacionismo protestante tiene pocas posibilidades de prosperar. Por eso recurren a Habermas, un pensamiento vago, inane y en el fondo aporético, pero complaciente con la espiritualidad romana.
:) La "sensibilité"... esa está "in the air", como el amor en primavera. El problema de Agapito es que ya me pilló calentito por otro de los artículos de La Revista, en la que se menciona el asesinato de curas y monjas durante la guerra civil como "el mayor martirio de la historia"... aunque sólo si se cuentan los serbios con los sesos machacados por los ustashi en nombre de la fe, la cifra de muertos sea muy superior (para no ir a la historia y mencionar, por ejemplo, la matanza de la noche de S. Bartolomé).
El problema también es la retroalimentación del victimismo: el atractivo del sufrimiento como elemento afianzador de una mema. He estado leyendo hoy un poco sobre las persecuciones del 2do siglo y descubre uno cosas sorprendentes. Ireneo, por ejemplo, acaba de escapar por los pelos de una persecución de aúpa, en la que se han quedado un buen puñado de sus compañeros. El peligro sigue ahí, presente, ¡y sin embargo, toda la mala baba del señor la descarga en los herejes gnósticos, en vez de lo normal y humano, que sería poner verdes a los paganos!
Intuyo, sin embargo, por testimonios posteriores como el de Tertuliano, que los mismos que disfrutaban viendo asar cristianos eran los que luego encontraban interesante la idea de martirio por la fe. A mí me resulta increíble la transformación de todo un pueblo, que en un momento disfrutaba viendo alimentar a los leones, en una masa que se deja devorar por las fieras.
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