Wormholes, bug holes
Songoku era un monje budista que todas las noches soñaba que era un escarabajo pelotero. Cuando el escarabajo, tras un duro día de trabajo, cerraba los ojos en su guarida, soñaba que era Songoku, el monje budista. La vigilia del escarabajo era indistinguible del sueño del monje, y Songoku sólo existía cuando el pequeño insecto soñaba, pero ninguno de los dos se tomaba en serio sus respectivos sueños.
Una noche, una tormenta eléctrica destrozó la red de repetidores que hacían posible estas sacrílegas metamorfosis, pero nadie lo supo porque el reino de los repetidores no es parte de este mundo. A la mañana siguiente, cuando el escarabajo comenzó a soñar, comprobó horrorizado que no se transformaba en Songoku, sino en un hirsuto monje alemán que tocaba el piano y que, a su vez, soñaba que era Iesu Kirisuto. Razonó que, si los enlaces estaban permutados, quizás el monje germano estaría soñando con Songoku, o con algo relacionado. Pero tras saltar al sueño del monje sintió el abismo bajos sus patas, y a duras penas consiguió aferrarse con los élitros a la sábana donde reposaba el sacerdote. Ahí no había nada. El teutón soñaba con alguien o algo que no existía.
Retrocedió frenéticamente hasta la puerta por donde creía había entrado. Al franquearla, sin embargo, descubrió que había vuelto a equivocarse: estaba en el sueño de un ronin llamado Furiman Bureku, que se reía del sueño del alemán que soñaba con la Nada. El ronin dejó de reir y saludó al insecto: konichiwa, Biteru-san! Y rió aún más alto mientras el escarabajo que soñaba ser Songoku, escapaba, presa del pánico, de la extraña habitación.
Etiquetas: cuentos, extrañeces
1 Comments:
hola!
Soy Sayther.
Llevo buscado algún tiempo un blog espectacular, que desapareció de la noche a la mañana.
Mi pregunta va por que este blog, mas concretamente su genial forma de escribir me recuerda a la de aquel blog que ando buscando. Y me preguntaba si tuviste otros blogs antes que este.
Perdone las molestias
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