lunes, octubre 02, 2006

El Síndrome de Geppetto

No te preocupes, Pinocho: el que esté libre de mentiras, que encienda el primer mechero...Cuando alguien elige ignorar los disparates ideados por esa raza especial de primates que se llaman a sí mismos “amantes de la sabiduría” (como si la Sabiduría fuese una fogosa gentilhembra), no sólo corre el riesgo de repetirlos, sino que incurre en el agravante de la pretensión de originalidad. Esta vez, Don Moa, caballero y gimnasta del imperio, se empeña en descubrir la espiritualidad de la materia, imitando al viejo Geppetto, que tropezó en su día con un leño parlante. Cuidado, Don Moa: los leños parlantes son, por lo general, grandes mentirosos. Y usted lo que busca es la vieja zarza ardiente.
Técnicamente, Moa confunde "monismo" y "dualismo", o prefiere ignorar las diferencias. La aparente distinción entre "materialismo" e "idealismo" o "espiritualismo" no es tal: tan pronto usted habla de que "la materia lo es todo" o "el espíritu lo es todo", se encuentra con un concepto estéril, que da muy poco de sí. Tales de Mileto, allá por el año cataplún aseguraba que "el agua lo es todo". En palabras de Matthew Stewart: "no matter, never mind". Aunque es cierto que todos estamos hechos de estrellas, con ese "conocimiento" no vamos a parte alguna. El conocimiento verídico, comprobable y útil está en la Biología, la Cosmología, la Química, la teoría algorítmica... Y ni siquiera es una mema reconfortante. Da igual si a ese "todo", a esa materia prima, se le llama espíritu o materia. A no ser, claro está que, que Don Moa profese el solipsismo. Todo es posible. Hace poco conocí al último mortal que cree que la llamada "prueba ontológica" es, en algún sentido, una "prueba".
Es más probable que Moa profese algún tipo de "dualismo": materia y espíritu como realidades separadas y asimétricas. El espíritu actúa sobre la materia, pero... ¿y a la inversa? Hoy día, nadie, con un mínimo de seriedad, se atreve a confesar que es dualista, pues es una doctrina lógicamente insostenible y demostrablemente falsa. Lo que ocurre es que muchos de los "partidarios del espíritu" que andan por estos mundos son realmente dualistas que desconocen o sienten vergüenza de su condición.

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