jueves, septiembre 21, 2006

Chicken Little (II)

Au plus élevé trône du monde, si ne sommes assis que sur notre cul.
Michel de Montaigne

Pelias y JasónSobre el trono más alto del mundo, seguimos sentándonos sobre nuestro propio culo. ¡Qué fácil es olvidar esta verdad sencilla cuando escuchamos a nuestros "sabios" y "ancianos" perorar sobre cuestiones supuestamente trascendentes! Todos tenemos nuestros temores. Hay quien los disfraza, y convierte su exorcismo en todo un imperativo moral. Dependiendo de cuánta influencia disfrute, puede forzarnos a seguir sus pequeños rituales contra el miedo, en nombre del Altísimo, en nombre de la Moral, en nombre de la Decencia... Pero es sólo el obsesivo ritual de un hombrecillo atenazado por el miedo a algo, no importa si real o imaginario. El oráculo vaticina que un hombre calzado con una sola sandalia matará al tirano Pelias, y éste intenta luchar contra lo inevitable asesinando a todo infeliz semidescalzo.

Repito: todos tenemos nuestros temores, aunque cada cual los combate a su propia manera. Intento identificar los míos, y cuando encuentro alguno con cierta base, me digo que, en definitiva, algún día pasaré de este mundo, como todos los que me han precedido. Quizás todo consiste en reducir cualquier miedo al miedo mayor. Pero funciona, and this is my religion...

Otros proyectan sus miedos sobre el prójimo. El antiguo terrorista teme que su hermano, al perder a Dios, se pierda en una orgía de caos. Aquel que fantasea con impregnar a la mujer del prójimo, teme que su propia esposa lleve en su vientre un bastardo. Quizás no tenga esposa. Quizás, ni siquiera desee tenerla, y el miedo le sirve para disimular su desinterés. Lo que le importa es su miedo, y el imperativo moral derivado: "todas las mujeres deberían...". Se plantan entonces en una atalaya a la caza de ingenuas con los pies desnudos.

Etiquetas: