7-7-7

El caso es que existe una forma española de correr delante del toro, y justamente ésa es la que no comprendo. Y es que el español, por carácter nacional, es capaz de crear una licenciatura para cualquier actividad cotidiana. Tenemos, ¡cómo no!, una amplia bolsa de licenciados en encierros, y TVE no se corta un pelo en permitir que nos transmitan su duramente ganada sabiduría. Se trata de gente ducha en distinguir cuando el toro viene por barlovento o sotavento, y con sólo olerle la nuca son capaces de diagnosticar el síndrome de Tourette a uno de estos simpáticos animalitos. ¿Quién se atrevería a desafiar tamaña erudición?
Lo que no comprendo, sin embargo, es qué coño hace gente tan instruida corriendo delante de un pelotón de pitones afilados prestos a perforarles sus respectivos tafanarios. No puede ser la tetosterona, porque a la tercera vez que lo haces, el subidón ya no es el mismo. No puede ser una tontería juvenil, porque estos eruditos son, invariablemente, calvos. Y tampoco creo que sea el alcohol: no es que no digan incoherencias, pero al menos no se abrazan al cámara.
¿Será la Gimnasia Española parte del currículum de estos licenciados?
... ¡ah!, y si esperaba que dijese algo hoy sobre el calentamiento global, lo siento. La verdad es que me la suda.
Etiquetas: expaña, gilipolleces
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