La Barbie de Willendorf

Voy a hacer un poco lo mismo que cierto personaje que todos conocemos... quiero decir, voy a hablar de un tema complicado en el que no tengo ningún tipo de preparación profesional. Qué le voy a hacer: es una característica humana difícil de evitar. La única diferencia, eso sí: le advierto que no me tome en serio. Pero creo que no hacía falta aconsejar esto último...

Una de las ideas más populares en el batiburillo de la new age es la de un antiguo culto planetario a una Diosa Madre. En las versiones más modestas, todo el litoral Mediterráneo estaría poblado por tribus matriarcales. Estas tribus matriarcales eran de lo más pacíficas y tolerantes (aunque realizaban sacrificios humanos), y no sentían necesidad de practicar la guerra. Las mujeres mandaban y los hombres eran tan idiotas que no sabían cuál era la causa inmediata que hacía que las mujeres de la comunidad quedasen preñadas de cuando en cuando. Este paraíso feminista se habría acabado cuando las hordas de invasores indoeuropeos, machistas todos ellos, llegaron y se adueñaron de la fiesta.

El problema de esta historia de hadas es que nada indica que sea verdad. Por ejemplo, los asentamientos neolíticos se construyeron desde el primer momento teniendo en cuenta la posibilidad de atacar y ser atacados. La hipótesis contradice también la cronología. Por ejemplo, Robert Graves hacía coincidir el paso a la sociedad patriarcal con la llegada de las primeras olas invasoras indoeuropeas... sin evidencia arqueológica alguna (desde entonces han cambiado bastante las teorías sobre la colonización de la Hélade). ¿Qué habría pasado en Egipto? Para cuando los presuntos indomachistas llegaban a Grecia, siempre según Graves, el imperio egipcio estaba en su recta final. Además, ¿cuándo habrían entrado los indoeuropeos en Egipto? ¿Y cuándo se habría producido el cambio en el Cercano Oriente?

Los partidarios del culto a la Diosa no se dieron por vencidos. Echaron manos a las pequeñas estatuillas de arcilla que desenterraban los arqueólogos. La de nuestra imagen es la llamada Venus de Willendorf. Dijeron que se trataba de una imagen de la Diosa Madre. La exageración de sus rasgos sexuales correspondería a un culto a la fertilidad. Ocurre, sin embargo, que incluso si la teoría fuese cierta, y las figurillas estuviesen consagradas a cierto culto a la fertilidad, esto no implicaría que la sociedad correspondiente fuese una sociedad matriarcal. ¿Una demostración sencilla? Mire lo que ocurre en toda Andalucía: allí nadie adora ya a Yahvé, sino a la Virgen Madre, e indirectamente, a su hijo. ¿Es la andaluza una sociedad matriarcal?

¿Sabe qué es lo realmente curioso? Pues que la famosa estatuilla carece de base para sostenerse en pie. No, no estoy hablando metafóricamente: la Venus de Willendorf no se creó para mantenerla de pie en un presunto altar de la caverna sagrada. ¿Cree que bastó esto para disuadir a los partidarios de la Diosa Madre? Siguiente explicación: la estatuilla se utilizaba... vaginalmente. Claro, es que en el Neolítico, las mujeres tendrían la envergadura de Moby Dick, y orificios en proporción. Fue un pedo de alubias neolíticas de una sacerdotisa el que arrancó la capa fértil de la tierra del norte de Africa y creó el desierto del Sahara.

¿Mi opinión? Pues que no puede tratarse de un pisapapeles, porque no habían muchos papeles para pisar en aquella época. Sinceramente, no puedo evitar pensar que se trata de la muñeca más antigua de Barbie: la Barbie de Willendorf. Más exactamente, la Barbie preñada de Willendorf. ¿Cómo cree usted que se fabricaban las muñecas en el Neolítico? ¿Muñecas de trapo? Difícil. No sé cuándo se inventó la tela, pero durante mucho tiempo, fue un artículo de lujo. Quizás se usaban muñecas de cuero, aunque imagino que sería complicado coserlas y darle además una forma reconocible. Pero no importa: el que hubiese muñecas de cuero no excluye que se creasen también muñecas de arcilla. Es cierto que estas Barbies frecuentaban demasiado el Burger King, pero en una sociedad en la que eran frecuentes las hambrunas, una damita pija debía certificar su estatus social con unos hermosos michelines chorreando grasas en cada costado. Bueno, no podían ser michelines, porque aún no se había inventado la rueda. Digámoslo en anglosajón neolítico: las chicas, por entonces, soñaban con que les crecieran un buen par de love handles con la dieta de carne de mamut que le traería su futuro Kent cazador.

.. y de paso, si mientras Taffy jugaba con su Barbie preñada, se le acercaba sigilosamente un malvado tigre dientes de sables para hacerle pupita, la nena podía estamparle la muñeca en todo el hocico y seguir jugando como si nada.

No olvide que se trata sólo de un cuento.