Confesiones fremanianas

Chesk, acertadamente, me recuerda en un comentario lo siguiente:

Fíjate en nosotros mismos, personas en el mismo barco, pero qué posturas más diferentes poseemos sobre ciertos asuntos.

El problema, es cuando un sector predomina sobre el otro. Cuando los Piqués son mayoría malo... igual que los setienes.

Se tienen que imponer los Cañizares, y en eso están.

Pandavas contra kauravas, devas contra asuras... Mi respuesta iba a ser algo parecido a: entonces hay que abrir bien los ojos y contar cuántas posturas hay. Pero quise fundamentarla, y la explicación terminó siendo demasiado larga. Me he tomado el permiso por adelantado de mover mi respuesta a las páginas de la bitácora. Esta respuesta ha terminado por parecerse bastante a un credo, si alguien que lee esto escribe su propio "credo", puedo enlazar su artículo con éste, y crear una especie de anillo en Internet. Estas son las confesiones fremanianas:

Quien se atreve a reconocer que hay diferencias en la Derecha española, reconoce casi siempre dos posturas principales. No hay dos. Por suerte, y también por desgracia, hay más de dos. Por suerte porque si sólo fuesen dos, la fuerza mutua que ejercerían harían que el PP estallase. Por desgracia, porque no puede resolverse con un simple estallido: si estallase, reventaría en cincuenta pedazos. En estos casos, lo indicado es soltar presión de manera controlada, dejar escapar lo que sobra. Pero, ¿alguien tiene claro qué es lo que sobra?

Pasemos lista:

Grupo 1: Gallardones y Piqués

Ni siquiera van de lo mismo. Gallardón es gallardonista: un individuo dedicado al avance y progreso de una criatura maravillosa y adelantada a su tiempo que se llama Alberto Gallardón. Piqué es, simplemente, el niño rechazado por su propia familia, que es la GrossenkataluffenFamilien. Puede hablar mal de ella, pero en el fondo la ama. Todo lo que digamos los demás sobre ella, incluyendo estas líneas, le parecerá, o groseramente inexacto, o malevolente.

Grupo 2: Movimiento de Liberación de Flandes (MLF)

Son los que dicen que España debe ser cristiana, o desaparecerá. Parece una opinión inofensiva, pero no lo es. También parecían inofensivas las opiniones sobre los judíos en Francia, Rusia y Alemania... hasta que los que sostenían tales opiniones se hicieron con el mando. Estos del MLF tienen también sus propios Protocolos, pero ya no sólo tienen que ver con los "sabios de Sión", sino con los maestros canteros. Tienen su propia lista de objetivos: Esperanza Aguirre ha estado en Bilderberg (siempre según los meones, perdón, peones del MLF), Federico Trillo (¡manda huevos!) ha estado en Bilderberg. Y naturalmente, Aznar y Rato, cómo no. Es curioso que la lista coincida con las listas de la izquierda, y que Trillo, opusdeísta, esté metido en el ajo. Esto me haría sospechar, en cualquier otro momento, que los de la SJ han metido sus sucias garras en el asunto... pero eso sería minusvalorar la idiotez humana.

Dicho sea como aclaración: un peón del MLF no suele distinguir entre una crítica satírica a sus ideas y un ataque a su persona. Esto suele verse en casi todo el mundo como una señal segura de fanatismo, de pérdida de la personalidad propia dentro un movimiento. Quiero decir, en casi cualquier parte del mundo, excepto en las Batuecas, en donde se ve como un rasgo glorioso del carácter nacional (no importa que en Malawi, Ruanda y Burundi crean lo mismo).

Grupo 3: Freman Bregg

Es un individualista tan consumado que él es su propio grupo. Quizás es que está tan atento a lo que se cuece en los dos extremos del arcoiris, que no ve a la gente que tiene a dos pasos. O quizás es que, por respeto a la gente que tiene a dos pasos, no quiere asumir que están en su parcela.

Aunque Freman leyó El Camino a la Servidumbre con siete años (versión abreviada para el Reader Digest, es cierto), no sabía que aquello se llamaba liberalismo y pensaba que era simple sentido común: es una de las consecuencias de criarse en un sitio donde "liberal" significa "rojete". Luego, cuando regresó a un sitio donde el liberalismo no era el sentido común sino un horrendo aunque no nefando pecado, adoptó el nuevo nombre que en esas tierras se le daba al hecho de llevar una cantidad razonable de neuronas en la Caja de Resonancia que llamamos cabeza.

A Freman también le ha marcado el ser llevado como un bulto en el asiento trasero del viejo Cadillac de su padre de iglesia en iglesia, y el comprobar, con los ojos de un niño, como todos aquellos predicadores venían a decir prácticamente lo mismo, es decir, nada. De aquellos tiempos le ha quedado un cierto regusto nostálgico por las dulzonas melodías protestantes como esa Amazing Grace que una guapa mulatita canta ahora en un anuncio para los gabachos de Orange (¿tendrán algo que ver con la orden de la Naranja Mecánica?). Para él, la religión, o más bien, la parte buena de ella, es una escena en la que tiene once años. A su lado, una niña rubia más alta que él canta Amazing Grace, mientras frota descuidadamente su desnudo antebrazo con el de Freman.

Freman desconfía de los colectivismos, y resulta que la religión que ordena sacerdotes célibes profesa también un colectivismo extremo. Como Freman se ha convertido en un ateo, no le gustaría que un hijo suyo perdiese una, dos o cuatro horas a la semana estudiando parchís evaluable o esa mariconada de la educación para el comunismo new age simplemente porque los beatos sí lo deseen para sus hijos… y para los ajenos. Cree que los beatos calculan que Freman terminará matriculando a sus hijos con los suyos, y la verdad es que tal pensamiento irrita profundamente los cojones fremanianos.

A Freman le escandaliza también que una iglesia seria sea tan ambigua respecto a lo que es pecado y lo que no lo es. Por ejemplo, no comprende que el Pater Patrum condene el "liberalismo", así en abstracto, sin indicar si se refiere al "liberalismo" en su sentido europeo o en el americano. Más exactamente, sí lo comprende: quienes no se hayan planteado el problema, huirán de toda cosa llamada liberalismo como del demonio, y los liberales ya existentes, en el sentido europeo claro, se justificarán diciendo que el Pater Patrum no se refería a ellos. También le choca la condena a la Evolución como irracional. ¿Qué parte de la evolución sería irracional? – se pregunta nuestro individualista. Porque el Infalible Pater Patrum que respondía al nombre de Pío XII se pronunció contra la idea de la evolución de la conciencia humana, pero parecía dar por inevitable la evolución biológica en la Humanis Generis. ¿Dos infalibilidades en conflicto se anulan, como las cargas opuestas? ¿O se sintetizan en una Infalibilidad Superior, al estilo de la dialéctica hegeliana? Espero que no, por Júpiter Laico.

Por supuesto, Freman detesta el gallardonismo con toda la fuerza de su pecador corazón, y cree que los errores del gallardopiquerismo son tan obvios que no necesitan tantas explicaciones. Sin embargo, la gente no comprende los peligros que plantea el Movimiento de Liberación de Flandes. De entrada, sospecha que el MLF no va a permitir un ataque frontal contra la religión mahometana, temiendo que tal ataque revierta en su contra más adelante. De ahí que cuando a los caricaturistas daneses les cayó encima la furia de la morisma, no recibieron calor alguno de las autoridades católicas europeas... comenzando por el Pater Patrum.

Pero todo lo anterior es sólo la definición "negativa": lo que molesta a Freman. ¿Qué quiere Freman de su nación (no ya de su gobierno)? No es mucho:

• Respeto a las libertades: a la libertad de expresión, a la libertad de creer o no creer, a la libertad de empresa...
• Los únicos límites a la libertad deben ser la Ley (mientras más clara y sencilla, mejor) y la libertad de los demás.
• El gobierno, mientras más pequeño, mejor. Es el gobierno quien debe justificarse ante sus ciudadanos, y no a la inversa.
• Freman sabe que, cuando no se respeta el derecho a la propiedad privada, las restantes libertades comienzan a resentirse. Pero sabe que esto no es aceptado por todos. Por lo tanto, no se lo exige ahora a su nación, pero sí al partido al que vote. Y esto es irrenunciable.

¿Es, acaso, exigir mucho?

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Naturalmente, este es un credo político. Tengo mi propio credo privado, para vivir la vida, y un día que esté lo suficientemente borracho, puede que lo cuente. ¿Una máxima, como adelanto? No confundas las cosas de la razón con la razón de las cosas. Hasta ahora, me ha funcionado estupendamente.