viernes, septiembre 08, 2006

Incestuosos anuncios alemanes

Portada de H.R. Giger para el CD 'Then and Now', de Emerson, Lake and PalmerHace relativamente poco, un conocido grupo de presión llamaba al boicot de un helado porque, según ellos, el anuncio que pasaban por la tele contenía veladas alusiones lésbicas. Lo que me sorprendió no fue tanto la llamada al boicot, sino que cuando me lo dijeron, adiviné a la primera la causa. Y comprendí entonces que soy un individuo bastante mal pensado, con una imaginación podrida...

Desde entonces me he dedicado con tesón a encontrar otras incitaciones al Pecado disfrazadas de inofensivos anuncios de detergentes y suavizantes: las relacionadas con las compresas y los perfumes son tan evidentes que no tienen gracia. Tras semanas de esfuerzo y tesón, he sido recompensado: ¡he descubierto que el anuncio de un producto alemán contra la cal es en realidad una invitación edípica al incesto! Siempre he detestado los anuncios alemanes: son los más tontos y "buenistas" de toda la puñetera tele. Por esto me satisface haber descubierto la satánica cara oculta que se esconde bajo toneladas de edulcorantes y productos para la limpieza.

En realidad, el anuncio es toda una serie por entregas. Siempre hay un mentecato en un apartamento que comparte con varias amigas. El mentecato, además de alemán, parece ser homosexual, porque nunca lo muestran enrollado con las macizas. En todo caso, es un pardillo sin remedio, porque el muy imbécil va por la vida limpiado las manchas de cal y óxido que inevitablemente dejan tras sí sus compañeras de apartamento.

Pero lo de la pérdida de aceite es una pista falsa. En una de las últimas entregas, el mentecato aparece dale que te pego con el antical de las narices. Motivo: viene la mamá a visitarlo. El mentecato, como de costumbre, no sólo limpia sino que convence a las correspondientes señoritas de que tiene un doctorado sobre productos de limpieza. Entonces suena el timbre, y al abrirse la puerta, aparece la mamá del querubín: una furcia vestida de cuero que pregunta por su Albertito como una gata preguntaría por su plato de leche.

La escena es ambigua, pero el telespectador medio intenta ahuyentar los fantamas: "nah, no puede ser eso... lo que quiere decir es que Albertito tiene una progenitora muy moderna". Si ese es su caso, abandone toda esperanza, porque el último episodio no deja lugar a dudas.

Esta vez, el gilipollas de Albertito está solo en casa. Suena el timbre y aparece una señora más bien mayorcita... o eso es lo que aparenta por su vestuario y peinado. Le pide un producto contra la cal al mentecato. El mentecato saca el frasco y empieza a pregonar sus virtudes. Entonces la señora, por razones para mí desconocidas, comienza a ponerse cachonda y a despojarse de todo lo que le da calor. La cosa termina en que la señora se suelta el moño mientras el imbécil tartamudea sobre lo limpio que su antical deja el cuarto de baño...

... sí, ya sé que se supone que la mamá del nene es la furcia del episodio anterior, no la fulana de ahora. O no. En todo caso, el anuncio es una oda a la fornicación. ¿Lo harán con o sin protección? Terminada la faena, ¿se fumarán el cigarrillo? ¿Qué intentará hacerle Albertito a la señora con la botella de antical? ¿Eh?

¿Qué se habrán creído estos alemanes motherfuckers?

¿Asombrado? Bueno, he leído también una acalorada protesta contra el anuncio del perro Pancho y la Lotería, en el que se quejan de que el perro Pancho corresponde a una visión machista del papel de la mujer en la sociedad. Y quien lo suscribía no era precisamente un "feminista radical" como el imbécil que nos desgobierna...

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2 Comments:

Blogger Ruby Marmolejo escribió...

Yo también he visto ese anuncio del antical (en españa también lo han puesto, aunque no el último capítulo al cual haces mención) y me parece que tienes mucha imaginación, lo cual no deja de ser una buena cualidad.

8:05 p. m.  
Blogger Freman escribió...

Es el mismo anuncio: vivo en España. Pero lo he cambiado un poco, claro :)

9:14 p. m.  

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