martes, junio 06, 2006

Estos "moros"...

Mira por dónde... qué bien les ha venido el apellido del santo a esta gente:

Para que no se hable de obsesión anticatólica, esta vez el cartel muestra símbolos religiosos variopintos, incluyendo una media luna islámica, fluyendo como el río de Herodoto por el desagüe. Pero da igual: como la Iglesia Católica pretende monopolizar a Dios, es natural que se lo tomen como una ofensa en exclusiva.

Antes de que intente recordármelo, le advierto que me hace mucha gracia esta justificación: "es que no veas lo que habría pasado si se hubiesen metido con el Islam". Quien así razona (es un decir), se comporta como uno de esos maridos borderline que le recriminan constantemente a sus churris: "es que si yo fuese el animal de Paco el Carnicero y tú su mujer, ya te habría partido la cara un par de veces por esto o aquello". Traduzco: no me pises que llevo chanclas, y lo mismo me animo y te zurro la badana. Vaya amor cristiano al prójimo, coño.

En otra tesitura, aunque bastante cercana, Fernando Díaz Villanueva intenta convencernos en el suplemento dominical de Libertad Digital de que América no quiere ser inglesa. Que se lo pregunte a Hugo Chávez o a Fidel Castro... pero los tiros no van por ahí. El artículo narra una de esas batallitas en las que los ingleses intentaban robar a los españoles lo que estos antes le habían rapiñado a los indígenas (que tampoco iban a hacer gran cosa con tanta plata y tanto oro).

Veamos... Creo que soy buen patriota, y eso para mí significa que no me avergüenzo de mis antepasados, y que, en una refriega entre antropófagos pictos o sajones y trogloditas celtibéricos, si estoy lo suficientemente borracho, puede que me pegue por estos últimos (siempre que no canten Paquito el Chocolatero, porque entonces me paso al enemigo). Pero de ahí a identificarme con lo que pudo hacer Fulanito de Achicharragoitia o don Mengano Pichafloja hace tropecientos años, va un buen trecho.

Fernando no; Fernando necesita más para "vivir" la historia. Y en ese vano intento de tirarse el pedo por encima del culo y en contra del viento, acumula gases para largar esta parida:

Los ingleses nunca volvieron, ni a Cartagena ni a importunar los puertos del Caribe, que siguieron siendo hispanos hasta que decidieron ser hispanoamericanos. La factura, simplemente, no se la podían permitir.
Como no se trata de una opinión personal, sino de un hecho histórico, no creo que sea bueno dejarlo pasar. Y es que la batallita de marras tuvo lugar en 1741... y en 1762, si no me falla la memoria (buscar en Google es hacer trampas), los ingleses volvían a presentarse en un "puerto del Caribe". Ese puerto del Caribe era nada más y nada menos que el puerto de la Habana, la llave de las Américas, y esta vez el resultado fue que nos propinaron una somanta de hostias protestantes y tuvimos que dejarles la mitad de la Isla. Luego, muy gloriosamente por supuesto, hicimos un cambalache con estos "gentlemen" al estilo ZP: les cambiamos La Habana por la Florida. Todavía hoy te encuentras cubanos que maldicen y blasfeman porque creen haber perdido con el cambio. Quién sabe...

7 Comments:

Blogger samuel escribió...

O sea, que se cagan en general, en El que sea que haya creado el mundo con todos dentro.


Pero no deja de ser curioso, porque si creen, se cagan en Lo Mas Importante y trascendental y si no creen, no se estan cagando en nada.

Ironic.

4:58 a. m.  
Blogger Freman escribió...

Si Sartre a partir de nada se inventó el Existencialismo, quizás deberíamos inventar el Ironicismo y forrarnos impartiendo charlas, conferencias y seminarios. Habría que pagarle royalties a Chesk, eso sí. Tendríamos que escribir un libro fundacional para el Ironicismo, y como "La Nausea" ya está pillado como título, tendríamos que idear otro más apropiado para la realidad celtibérica. Podría ser "El Regüeldo". Así los chinos y japoneses se confundirían pensando que el Ironicismo tiene algo que ver con la memoria histórica... joder, los filósofos nunca usan una palabra tan simple como "histórica"... quiero decir, la memoria historicista. Esta confusión propiciaria la creación de un mercado específico en el Extremo Oriente para conferencias destinadas a despejar estas dudas.

Por último, podríamos usar como himno del Movimiento Ironicista alguna canción de Iron Maiden.

8:48 a. m.  
Blogger __nick___nick escribió...

¿Por Margaret Thatcher, no?

11:45 a. m.  
Blogger Freman escribió...

Más exactamente, con la Thatcher y Sting haciendo los coros: "we gotta install microwave ovens, custom kitchen deliveries..."

12:30 p. m.  
Blogger samuel escribió...

Podemos hacer un grupo entre todos los que por aqui nos reunimos area-chesk-freman y algun resquicio del area prevoscinica, y eleborar el pensamiento definitivo, algo asi como Ironicorrealismo, con tintes judaicos por favor. Nada de nausea, directamente, ganas de potar.

Lo malo es que este mes lo voy a tener chungo para excitarme las ondas alfa por exceso de trabajo. Pero tiempo habra.

3:13 p. m.  
Blogger Chess escribió...

Prometo que el pago de los royalties será destinado a una buena causa y que en ningún momento será con ánimo de lucro. :)

Eso sí, si iniciaís la búsqueda del ironicorrealismo, ironicismo y demás teorías similares, no olvidéis en llamarme.

Un abrazo.

8:40 a. m.  
Blogger Freman escribió...

Podríamos intentar una obra de "creación colectiva". Una filosofía da poco juego, pero una religión es otra cosa. Y más que inventar una religión, podríamos contar las vicisitudes de un chalado que intenta crear una religión.

Una idea inicial:

Un monje francés del siglo X se siente alarmado por la expansión del Islam. Entre sus disquisiciones que preconizan la Realpolitik, ha razonado que la causa de la expansión consiste en que el Islam promete más cosas que el Cristianismo y, además, es una religión guerrera. El monje, naturalmente, ha perdido su fe. No hace falta meterse con el Cristianismo, pero es necesario elegir un escenario para la historia.

Lo primero que se le puede ocurrir al bienintencionado monje es doblar la oferta de Mahoma. ¿Cuántas pilinguis te ofrece el Islam al palmarla en combate? ¿Setenta y dos macizas? El monje te ofrece una gruesa... quiero decir, ciento cuarenta y cuatro vírgenes (la "gruesa" son doce docenas, y puede dar juego para distintas interpretaciones de las nuevas escrituras sagradas).

El nuevo dios del monje francés del siglo X, además, sería un dios chachipiruli relativista moral. Intenta llevarse bien con todas sus criaturas. Es capaz de hacer concesiones... ¡incluso cuando se trata de las leyes de la Naturaleza! Esta idea de Dios permitiría al monje explicar sucesos estúpidos y leyendas urbanas: simplemente que Dios se ha visto en un brete complaciendo a gente con deseos incompatibles.

En todo proyecto de colaboración es importante poder repartir tareas que no se crucen demasiado. Siempre es necesaria una fase de conciliación posterior, por supuesto. En este caso, hay mucho juego, porque se pueden separar tareas como: idear la cosmogonía (cómo el Dios del buen monjete se supone que creó el mundo, el universo y Francia), una teodicea (cómo coño fue que se coló el mal en el universo perfecto: en este caso, la culpa la tiene Dios por ser tan complaciente y no saber decir NO). Habría que diseñar también los cultos y rituales: el monje creía que ahí el Islam fallaba estrepitosamente. ¡Es que se trataba de un monje muy "mediático"! Finalmente, habría que diseñar la línea del tiempo: cómo evoluciona esta historia en el tiempo.

La historia podría terminar en un absurdo absoluto: un buen día, el monje despierta y descubre que todo el mundo occidental, oriental e incluso el mundo que no es ni occidental ni oriental, se ha convertido a la nueva religión. Como es una religión completamente absurda, el mundo resultante es más absurdo que el normal. Entonces el monje se convierte en el primer apóstata de su propia religión, y la historia puede terminar en la escena en la que llevan al monje a la hoguera... con un nombre falso, para no decepcionar a las muchedumbres creyentes.

Es sólo una idea, por supuesto...

3:11 p. m.  

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