domingo, julio 15, 2007

Ítaca

Deja que las sirenas canten para ti, pero antes, átate al mástil.Todo hombre que merezca su nombre es Ulises. Todo hombre que ha vivido ha sido Edmundo Dantés. No importa lo que dispongan Zeus y Poseidón, Bonaparte o algún Borbón. Todos navegamos desesperadamente en busca de Ítaca o Marsella, para reunirnos con los nuestros, para reclamar lo nuestro.
Todo hombre de verdad anhela, en algún momento, regresar a casa. Aunque no sepa aún dónde ésta está.

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6 Comments:

Blogger Chess escribió...

Bueno, si te llegan a leer los intelectualoides que dictan leyes en sus reconocidos blogs te comen. ¡Cómo osas mencionar el Conde de Montecristo!

Esa obra de folletín, hecha para el pueblo corriente...pfff, no merece ni ser nombrada.

Un abrazo.

PD: es mi libro preferido. Ojalá tuviera la paciencia y tenacidad de Dantés.

4:52 p. m.  
Blogger Chess escribió...

Enemigo del Pueblo y del "software libre"

Esto no lo había leido...espero que no llegues al punto de poner enemigo de los paquidermos...:)

4:54 p. m.  
Blogger Freman escribió...

¡Cómo osas mencionar el Conde de Montecristo!

¿Quiénes son? ¿Mondego, Danglars y Villefort? Es natural...

(¿has salido de vacaciones, o todavía? me alegro de verte por aquí)

PD: es mi libro preferido. Ojalá tuviera la paciencia y tenacidad de Dantés.

:) Siempre puedes contratar a un profesional.

8:50 p. m.  
Blogger Freman escribió...

espero que no llegues al punto de poner enemigo de los paquidermos

¡Nunca! :) El niño que está enterrado muy dentro de mí es fan de los elefantes (y eso que a veces se ponen un poco tontos). Y de los delfines.

Hay en Florida, camino de la reserva de los micosuquis (son indios), una especie de zoo en el que tienen, entre otros animales, un estanque de delfines. Al estar menos masificado, te puedes acercar mucho más... y al parecer, los muy malditos de los delfines disfrutan con ello. Una vez estuve esquivando a un delfín graciosete durante quince minutos. No importa por dónde me acercase al estanque: el muy cabrón se las arreglaba para sorprenderme y mojarme. Hasta que al final, cogí una botella de agua grande y se la vacié encima cuando sacó nuevamente la cabeza y quiso repetir el truco. Juraría que el ruido que hizo a continuación fue una risa, pero con los delfines nunca se sabe: parecen estar riéndose siempre.

8:57 p. m.  
Blogger Chess escribió...

No, no, ¡eso no vale! ¡Quiero esas virtudes para mí, no pagar por ellas!

Me maravilló, en serio, que alguien fuese capaz de ser tan tenaz. 20 años, son muchos años para tener la misma idea en la cabeza.

Me alegro que no sean los paquidermos enemigos, son unos bichos encantadores aunque un poco brutos. Aunque tal vez, al igual que estos dulces bichejos, nadie te considere serpiente apóstata...

Un abrazo.

11:07 p. m.  
Blogger Freman escribió...

Aunque tal vez, al igual que estos dulces bichejos, nadie te considere serpiente apóstata...

:) Ya, ya lo sabía, pero se agradece que me lo recuerden. No te pierdas, cuando la publique, "La Creación de Eva María", donde explico por qué las chicas son más inteligentes (al fin y al cabo, fueron creadas por Sofía: la Sabiduría). Se explica también por qué es falso lo de la costilla de Adán Cudeiro: en realidad, a Adán le extrajeron no la costilla, sino la mayor parte del cerebro, que de todos modos no utilizaba, para crear a su parienta.

Me maravilló, en serio, que alguien fuese capaz de ser tan tenaz. 20 años

A mí, por personalidad, me habría costado mucho más parar y perdonar.

La verdad es que, quitando algún libro de cuentos que no recuerdo, el libro del Conde es el tercero que leí. Aprendí a leer con La Expedición de la Kon Tiki. Mi abuelo me regaló entonces Cinco Semanas en Globo, de Julio Verne, y cuando lo terminé, le pedí prestado El Conde de Montecristo. No me lo prestó, sino que me regaló una copia nueva (con muy buen tino, porque terminó destrozada).

12:38 p. m.  

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