Se me ocurre

Se me ocurren mil razones para estar a favor de la igualdad entre hombres y mujeres.

No se me ocurre ninguna de las razones del último anuncio televisivo en el que la Consejería de la Mujer madrileña se ha gastado mis impuestos.

El anuncio intenta mostrar que hombres y mujeres somos menos diferentes de lo que pensamos, pero las situaciones en las que pone a los hombres... son un poco raras, por decir lo mínimo. Para ser más exacto: no me gustaría verme en ninguna de las tres escenas:

1. Un tipo mayorcete, con aspecto de marica, se restriega potingues en la cara, aparentemente frente a un espejo.


2. Otro tipo, o quizás el mismo pues tiene la misma cara de marica, llora como una magdalena, aparentemente por causa de una película.


3. Una panda de maricones hacen de animadoras en un partido de no-se-qué.

Es cierto que puedo emocionarme con una película, pero intento no ser manipulado, y en cualquier caso, no me gusta que me lo restrieguen en la cara, como uno de los maricas hacía con sus potingues. No sé si en algún momento mi careto comenzará a mostrar la edad que se supone que tengo, y no sé si usaré cremas y mariconadas por el estilo... a escondidas. Ya veremos. Lo que sí tengo muy claro es que nunca me apuntaré a un grupo de bailarines maricas para hacer de "animadora".

Ya sé que Javier Urra, ex-defensor del menor, pretende que nos "femeinicemos"... aunque se ve que a Urra no se le da bien el idioma: en español se dice "afeminemos". Urra parece creer que la masculinidad lleva a la violencia.

Sé que la masa saca lo peor que tiene cada individuo dentro. Puede que una masa de hombres sea inevitablemente violenta y estúpida. Pero Urra puede llevarse una desagradable sorpresa: cuando la masa destruye lo mejor que cada mujer tiene dentro, lo que aflora no es violencia, pero sí crueldad. Y bastante estupidez y ceguera, como demuestra el puñetero anuncio.

En eso no somos tan diferentes, mira por dónde...