Fábula rural

La zorra, que paseaba distraída, oyó la queja y se acercó al animalillo. Lo lamió amorosamente, quitándole la mierda que le cubría. Una vez limpio, ¡zas!, se lo tragó de un bocado.
Moraleja:
- Quien te cubre de mierda no es necesariamente tu enemigo.
- Quien te lame la mierda no es necesariamente tu amigo.
- Cuando la mierda te llegue al cuello, es mejor que no digas ni Pío.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Inicio