Budismo chimp
... tal como suena. Al pobre Awali le están practicando la "inmersión lingüística" intensiva, y ya le han advertido que, si no dice "si us plau", aunque sea con acento de Sabadell, que ni piense en regocijarse con las cuatro hembras catalanas que le aguardan. Estos son temas muy delicados para un espalda plateada que se precie de sus atributos. Nuestro primate habrá pensado "¡qué cojones!", y se habrá aplicado a desentrañar el koan de los siete jueces catalufos y sus siete putas madres.
Eso sí: cuando los cuidadores le han leído la carta de Vendrell en la que le pide el 20% de las bananas que se gana con sus esfuerzos y monerías, ha reaccionado muy malamente, como muestra la fotografía adjunta.
No sé si Awali terminará por comprender el catalán y bailar sardanas, pero se ve que es una fiera en el lenguaje de los signos.
Post scriptum: no hay quién entienda a estos patriotas del Grossenkataluffenreich. ¿Para qué necesitan un primate que hable en "català"? ¿No les basta con Etoo?
3 Comments:
Y esa gilipollez la pagan nuestros impuestos. Lo recordaré cuando vaya a hacer la declaración de la renta, que gracias a mí, un gorila está aprendiendo catalán.
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No es sólo eso. Ahora estoy leyéndome un libro sobre neurología y lenguaje, y entre otras cosas, hay un capítulo en el que se compara el aprendizaje del lenguaje por los primates con el de los niños. El mono va a la par que el niño durante mucho tiempo, pero cuando el niño "reprograma" sus circuitos de locomoción, se dispara su vocabulario y su control de la sintaxis... y ahí se queda el mono.
Lo que quiero decir es que a este pobre mono, que ya estaba acostumabrado al inglés, le deben estar creando un cacao cerebral que no le envidio. Después, cuando vea a un Esquerroso o a un Convergente al otro lado de los barrotes, les arrojará mierda. Y entonces dirán que algún madrileño infiltrado le ha inculcado al mono el sentimiento catalanofóbico.
Por cierto, la foto es del mono de marras (excepto el dedo en alto): parece que pasó por Londres después de salir de Holanda. Eso explica por qué el gorila insiste en tomar el té de las cinco a las cuatro de la tarde y esa extraña querencia que ha mostrado por el chocolate con menta.
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